domingo, 18 de abril de 2010

Rojo y Negro y las ideas políticas y filosóficas del siglo XIX

Romanticismo Francés en Rojo y Negro de Stendhal

Julián Sorel, el personaje principal de Rojo y Negro muestra sus predilecciones por aquellas carreras que permiten ganar respeto social y admiración como lo son el clero y la milicia. Esas dos instituciones permitían en aquella época en Francia alcanzar un lugar de privilegio entre las clases sociales. Sorel intenta emular la carrera de Napoleón que de origen social bajo se constituye en el hombre más importante de toda Francia, hay en este sentido una devoción incondicional del héroe por su ideología política republicana, que queda plasmada, entre tantas citas que hay en la novela en:“ ¡Dios ha designado a Napoleón para gobernar a los franceses!”, en claro sentido que la elección es designio divino, procedente de una ley superior. La novela se plantea la crítica al modelo político post Bonaparte, Rojo y Negro revive la Restauración y Julián Sorel representa la oposición al sistema político por la añorados años Napoleónicos, una época que puede ser definida como: “ En el destino de estos héroes deben representarse la mezquindad, las torpes ambiciones de toda la época; de una época en la cual no hay más lugar para los grandes y puros descendientes del heroico período de la burguesía, de la revolución y de la era napoleónica. Estos héroes stendhalianos no pueden salvar su integridad espiritual de la suciedad de la época ...”
Una época en donde la Restauración significaba el fin de la Revolución.
La palabra política de fuerte penetración en los diálogos de Rojo y Negro es en el sentido de Bajtín: “ la acción y el acto del héroe en la novela son necesarios tanto para la revelación como para la experimentación de su posición ideológica, de su palabra” , es decir el hablante en la novela es siempre un ideólogo y sus palabras ideologemas, la palabra de Julián permite así observar su marcada ideología política.
Las carreras militares y eclesiásticas están relacionadas estrechamente entre sí por poseer una misma estructura jerárquica de esta manera se puede observar la interrelación manifiesta que hay en la novela “Rojo y Negro”, relación que también se expresa en el título. La estadía de Julián en el seminario es representada por Stendhal de forma desgarrada y desnuda al mostrar claramente delineados los vicios de la jerarquía eclesiástica: la codicia, el resentimiento y la intolerancia como los rasgos del clero; escenas que constituyen cuadros históricos que permiten reconstruir las guerras de las facciones religiosas, jesuitas, jansenistas, y así apreciar el ejercicio del poder de una sobre las otras, ejemplificada en la novela en los personajes de M. Chelan, quien causa estupor al nuevo clero designado en Besancon, M. Maslon que en los preparativos de la recepción al Rey exclama: “ si figura entre el clero. ¡ Un jansenista, cielo santo!” Y luego el abate Pirard, protector de Julián en el seminario lucha contra el Sagrado Corazón, los jesuitas y su obispo –Cap. XIX. Por el lado de la Iglesia Oficial está el enemigo de Pirard, el Abate Frilair; también las relaciones entre la Iglesia y el Estado son mostradas en la palabra de Julián que le dice a su amigo Fouquet : “ llevas los Constitucionales ...Se venden aquí a treinta sueldos” entonces Fouquet dice: “ hasta en el seminario hay liberales” –cap. XXIV.
El héroe se va nutriendo de estas experiencias históricas que irán conformando paulatinamente sus gustos y ambiciones, que delinearán su personalidad. En otra escena histórica la narración sufrirá un salto o corte narrativo representado en que Julián lucirá su estupendo uniforme militar en un desfile; por ser el predilecto del obispo, esta al frente de un regimiento, que como sorpresa inesperada desatará admiraciones y enconos entre los espectadores de clase noble, es en esta escena donde la ideología política y su ferviente devoción partidaria por Napoleón se concreta –aquí se puede ver la relación de Stendhal y el ejercito, del cual fue soldado del cuerpo de los Dragones de las tropas napoleónicas, es el rojo del uniforme de este ejercito el que permite dar significado al simbolismo del título, que se complementa con el negro de las sotana religiosa. Por otro lado, el autor describe minuciosamente el eje político-social, conformando un cuadro histórico de la Francia post-napoleónica, la Restauración , años agitados bajo el gobierno de Luis Felipe de Orleans, y los debates en la sociedad noble y burguesa sobre la monarquía y la república liberal, que permite observar el escenario político de los distintos grupos políticos: Bonapartistas o Republicanos,–tal como Julián-, Liberales, Jacobinos, y Antibonapartistas o Monárquicos.
La gran oportunidad de emular a Napoleón,, es para Julián su llegada a París, centro de las decisiones políticas. Su cargo de secretario de un gran señor, el marqués de Mole le permitirá ingresar en el cerrado y selecto círculo de la clase alta parisina, en donde se negocian los destinos de Francia. En cada decisión del héroe hay una manifiesta elección por su destino de “gloria” –en un sentido político deliberado- ; él rechaza una gran oportunidad de trabajar con su gran amigo Fouquet que le aseguraría un alto ingreso económico, por la posibilidad que le ofrece la gran ciudad, París en estos años agitados, previos a la revolución de 1830 . La vida de provincia, Bezancon tranquila y apacible es mostrada de manera opuesta a la vida de poder y ambición que ofrece París. Julián Sorel sabe que la ciudad, es el centro de poder y será este espacio el que le permitirá plasmar sus ambiciones y ansías de progreso, como expresa Auerbach , sobre el héroe: “ ...un hombre de ascendencia pequeño burguesa sólo puede llegar a una posición descollante a través de la iglesia todopoderosa, se ha hecho hipócrita a plena conciencia, y su gran talento le hubiera asegurado una brillante carrera eclesiástica si sus sentimientos personales y políticos genuinos y la apasionada espontaneidad de su naturaleza no se hubieran impuesto en los momentos decisivos”. La vida de los personaje está estrechamente ligado a el escenario político y social de aquélla época, la acción corre paralela a las escenas históricas que se superponen a la trama de la novela de una manera sorprendente: “sus condiciones políticas y sociales se hallan entretejidas en la acción de una forma tan real y exacta como en ninguna otra novela y, en general, en ninguna obra literaria anterior...”
La movilidad social es reflejada en la novela como un vertiginoso ascenso social desde el origen bajo de Julián hasta ser parte de la nobleza, al contraer matrimonio con la hija del Marqués, Matilde; es a partir de estas escenas finales donde la lucha social cobra notoriedad en la trama. La clase noble y la riqueza del Marqués de la Mole se ve amenazada por el ascenso de un vasallo arribista. Esta lucha por el reconocimiento de Julián y aceptación por parte de su suegro constituirá una batalla o juego de poder, en donde Matilde intervendrá para resguardar a su esposo e hijo de la pobreza y el destierro. Finalmente esta lucha se inclina a favor del Marqués ya que Sorel es condenado a muerte, en un claro reflejo que la clase alta no perdona la intromisión y ascenso de la clases bajas a la suya, Julián es castigado por su ambición desmedida. Por medio de este final dramático –característico del arte romántico francés , siendo el drama el género estilístico de este movimiento– que demuestra la imposibilidad del retorno a la ideología de la Revolución de 1789, sintetizadas en: Libertad, Igualdad y Fraternidad que Napoleón tuvo como consigna en su gobierno Republicano y que como ferviente admirador Sorel trata de emular y reproducir, mas la Restauración había vuelto a las antiguas ideologías y estructuras socio-políticas; que como un cuadro de época, la novela muestra el aburrimiento imperante en las reuniones del Marqués de la Mole, el retorno a antiguos gustos y modas que impuso la Restauración, que Sorel manifiesta en su queja a su confidente religioso. En el fondo de la trama hay un Stendhal expresa la no resignación por: “el ocaso del período heroico de la burguesía, a la desaparición de los ‘colosos antediluvianos’ (tales son, según Marx, las figuras del período heroico, vistas desde el mezquino ángulo visual de la Restauración).”
Por último, Stendhal como autor era conciente de lo que representaba el romanticismo en Francia, de tal manera que su novela puede leerse como literatura de difusión política o literatura panfletaria, como afirma Hauser: “...cuando la literatura francesa se ha convertido en campo de batalla de dos grandes partidos casi igualmente fuertes, cuando el ejemplo de la vida política induce a los escritores a la formulación de programas de partido ...”

El Romanticismo Inglés, Frankestein de Mary Shelley

El romanticismo inglés en su conjunto, y especialmente: Shelley, Godwin, Byron representaron al movimiento político de los “radicals” y que: “ el romanticismo inglés arrancaba en lo esencial de la reacción de los elementos liberales contra la revolución industrial” , así observaron el peligro que representaba la revolución industrial sobre la sociedad, alteraciones revolucionarias que producían con una fuerza arrolladora cambios en la estructura social, económica y política, que impactaban sobre la vida ciudadana y que se puede expresar en este gran salto irreversible de la sociedad, que significó otra forma de vida que se opuso a la pastoril y a la producción artesanal, que también alteró los cimientos del arte y la cultura. En este sentido la postura de los románticos es esencial para comprender su ideología: “el entusiasmo de los románticos por la naturaleza es tan inconcebible sin la separación de la ciudad frente al campo como su pesimismo sin el abandono y la miseria de las ciudades industriales. Son completamente concientes de lo que esta ocurriendo, y ven muy bien lo que significa la transformación del trabajo en mera mercancía.”
La revolución industrial y su mercancía crean la ilusión de un mundo artificial paralelo al mundo natural, el propio productor es un creador, así la industria esta dotada de un poder creador que rivaliza con el poder creador celestial pero que para producir esa creaciones o mercancías necesita de las materias de la naturaleza, las usa alterando sus formas y otorgándole otras y dándoles también un valor utilitario.
En este sentido Frankestein es la representación de esa revolución industrial que junto con la Ciencia alterará las relaciones de la sociedad y cultura del siglo XIX, que serán subyugadas por la economía que tendrá una fuerza demoníaca sobre el hombre. Conjetura que expresó Young como: “Puede decirse que un Original es de una naturaleza vegetal; surge espontáneamente de la raíz vital del genio, crece no se hace; las Imitaciones son a menudo manufactura, forjada por la mecánica, el arte y el trabajo a partir de materias preexistentes que no les son propias” , y luego “una especie de manufactura forjada por la mecánica [...] a partir de materias preexistentes que no les son propias”. Es en esta relación de opuestos en que se construye la trama Frankestein, lo mecánico frente a lo orgánico; lo Natural frente a lo Artificial, la naturaleza como fuerza creadora de las criaturas frente al artificio de la ciencia que dio vida a la criatura o al monstruo; lo Original frente a la Imitación y por último, la muerte que es el principio de la vida –un cadáver que vuelva a la vida pero que representa la muerte es el cuerpo del monstruo.
La alegoría de “Prometeo encadenado” es en este sentido, la representación de la nueva sociedad industrial que hace padecer los sufrimientos del castigo sobre el cuerpo de Víctor, que encarna a la humanidad encadenada al yugo destructivo de este monstruo/industria.
También el monstruo como alegoría es la encarnación del discurso político contemporáneo, en este sentido se puede pensar a: “la revolución como un monstruo, es sangrienta, mata y aterroriza, desvaría y produce desastres.” Un poco ese monstruo es la figuración de William Godwin, ya que este es la contradicción explícita: es partidario de los revolucionarios franceses y amigo y defensor de los jacobinos ingleses. En conceptos de
Godwin: “las revoluciones por ser violentas, no son por ello menos necesarias pero perniciosas; son el acompañamiento obligado de los cambios sociales; ...los revolucionarios son virtuosos, pero excesivos; el monstruo es tan bueno que se vuelve maligno...; destino del monstruo, destino de la revolución.” La bondad del monstruo que se confunde con inocencia es como el pueblo pero llevado al límite de su ser produce la venganza entendida como la violenta Revolución.
Es necesario citar el paralelismo que existe entre la vida de Percy Shelley y el texto del cuento: “ ¿ Por que, por ejemplo, Frankenstein elige, entre todas las universidades alemanas, la de Ingolstadt, ciudad del nacimiento del monstruo? ¿No es porque en esa ciudad fue fundada, en 1776, la sociedad de los Iluministas, cuyo programa proto-revolucionario Shelley conocía bien y cuyas ideas había compartido en su primera juventud?” La elección de un monstruo como representación del pueblo procede del texto Right Man de Burke, en donde lo monstruoso se encarna: en el ejército nuevo, en las asambleas revolucionarias, el monstruo es en sí la personificación de distintas identidades. En este sin fin de identidades que asume el monstruo, el análisis de Frankenstein se expresa como: “el proletariado, el monstruo no posee nombre ni individualidad. El monstruo encarna, entonces, un elemento mayor de la coyuntura histórica, la formación de la clase obrera.”
Si bien Godwin en el Caleb Williams, localiza el mal de la sociedad en las instituciones sociales opresivas, incluso en la ley, hay optimismo en la posibilidad de mejorar esas condiciones sociales pero por el contrario en Mary Shelley ya no exista esa fe, es decir: “se intensifica el pesimismo del Caleb Williams porque plantea la imposibilidad de resolver los conflictos internos originados en las instituciones culturales. Frankenstein funciona como un fantasy de disolución o negación del orden cultural”

Conclusión

Como hemos visto el romanticismo era muy conciente de los tiempos históricos vividos posteriores a la Revolución Francesa y a la asunción de Napoleón, que fue vista como la representación máxima de la libertad aunque después sólo fue una desilusión. Por lo tanto, los movimientos europeos románticos asumieron una posición política plena por medio de la literatura que se convierte como un arma de difusión de ideas y filosofía política.
También en este sentido hemos observado las diferencias o distintas perspectivas sobre un mismo objeto, la política. El romanticismo alemán de Hölderlin ansiaba una época ideal clásica, las instituciones democráticas helénicas y un fundamento comunitario de igualdad social e Hyperión representa el héroe que puede llegar a acaba esa tarea pero fracasa, la economía mercantil estaba muy arraigada en la sociedad burguesa alemana como para volver al pasado helénico ideal.
Por otro lado en la novela Rojo y Negro, Stendhal manifiesta en la persona de Julián Sorel el hastío que le produce la Restauración y su deseo ferviente de que se retorne a la etapa gloriosa de Napoleón, hay en este sentido una crítica fuerte a la institución Iglesia por su poca libertad de culto, simbolizada en los enfrentamientos entre Jansenistas y Jesuitas que representan ese período de autoritarismo que estaba padeciendo Francia en la década del 20 ‘ y 30 del siglo XIX.
Se puede ver una representación de las tendencias políticas como: los Bonapartistas o Repúblicanos, Liberales, Jacobinos, Monárquicos, además a lo largo de la novela resuenan las palabras republicanas de: Libertad, Igualdad y Fraternidad, que en la novela se puede observar en el ascenso social de Julian Sorel que se casa con la hija del Marqués, Matilde. Pero esto le provoca la muerte ya que las clase alta no podían tolerar bajo ningún concepto que un hombre de clase baja – es hijo de un carpintero- se desposase con la hija de un marqués y esto es claramente el retorno al pasado de 1789, representado por la Restauración que endureció su forma de gobierno aboliendo el principio republicano.
En Frankestein se pueden observar lo principios de Godwin, Shelley, de los males que le producirá la revolución industrial a la sociedad.. Como dijimos la revolución industrial crea una ilusión de un mundo artificial paralelo al natural pero con consecuencias irreparables ya que alterará la forma de vida al producir un cambio en las formas de producción y consumo, la vida del artesano y del hombre de campo es reemplazada por la vida en la ciudad y la industria. De esta manera la novela opone pares binarios: lo artificial y lo natural, lo mecánico y lo orgánico, lo original y la copia. La ciencia como herramienta fundamental de la Revolución Industrial es representada por la naturaleza artificial del monstruo en donde se ponen de manifiesto los pares enumerados anteriormente.
Hay también en Mary Shelley como en los anteriores autores, una desilusión por las instituciones y en su incapacidad de lograr el bienestar social.
Por último, comparados los tres romanticismos se ha podido observar el planteamiento político de necesidad de cambio por los malos momentos históricos que se vivían y en la necesidad de un recambio de políticas. El romanticismo alemán de Hölderlin propone volver a las formas de gobierno democráticas de la antigua Grecia, en cambio en el romanticismo francés de Stendhal se quiere retornar a un periodo histórico reciente, a las ideas republicanas y al Bonapartismo, y el romanticismo inglés, en cambio es el que más profundamente crítica al sistema económico-político y propone el abandono de esas metodologías y el retorno a las formas de producción artesanal y la formas de producción natural.

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