domingo, 18 de abril de 2010

Italo Calvino sus obras para conocer

Italo Calvino, el sorprendente innovador


La vida de este gran escritor italiano (nacido en Santiago de las Vegas, Cuba, un 15 de Octubre de 1923 y fallecido en Siena, Italia el 19 de Septiembre de 1985, dejando en ese mismo momento dos obras inconclusas: Bajo el sol jaguar y el ensayo, Seis propuestas para el próximo milenio. Su vida se alterna entre sus dos predilecciones: la política y la literatura. Participó en la resistencia a la ocupación nazi en Italia con los partisanos
Su ficción recorre diferentes etapas estéticas: el Neorealismo que más que una escuela fue un sentir de los jóvenes escritores posteriores a la Segunda Guerra mundial que se sentían depositarios de una nueva realidad social. Fue bajo este clima intelectual que Calvino concibe la breve novela Los senderos de los nidos de la araña y Por último el cuervo, en donde se revela un escritor con una singular capacidad para representar la realidad, conjugando el compromiso político y la literatura de una manera espontánea y ligera. En este tiempo, él es candidato por el partido comunista y de tono autobiográfico nacen fabulas como La jornada del escrutador (1963), La especulación inmobiliaria (1957) y La nube de smog (1958).
Posteriormente su pluma realiza un giro para reconstruirse bajo una estética rica en ficciones que como fábulas describen un mundo fantástico-realista, en esta segunda etapa denominada el Período Fantástico sobresale la trilogía: El Vizconde demediado (1952), El Barón Rampante (1957 ) y El Caballero Inexistente (1959). Esta trilogía recorre categorías filosóficas trabajadas desde la simpleza de su pluma para contar por medio de fabulas la dualidad del Bien y el Mal en El vizconde demediado, el valor de lo heroico, la nobleza e inmortalidad en El Caballero Inexistente.
La mejor manera de dar a conocer a este autor es desde el análisis de sus textos. La importancia de su obra radica en la composición del objeto literario, él establece una relación muy particular en sus cuentos y/o novelas, en donde los personajes históricos establecen diálogos con los personajes ficcionales, el barón Cósimo de Rondó establece diálogos epistolares con D’Alambert y Rousseau, dialoga también con el Emperador Napoleón de Bonaparte, en El Barón rampante. La finura de esta composición nos introduce en la vida del barón de Rondo que decide pasar su vida de niño noble no en la tierra como cualquier mortal sino sobre los árboles. Inicialmente esta decisión del personaje principal, en este momento un niño de doce años, producirá un giro abrupto y revolucionario en el relato ya que el hecho de vivir en los árboles no es sólo un capricho sino una decisión política, que posibilita la creación de un nuevo orden legal que será: “La Constitución para una Nación arbórea”. Es en este punto en donde me quiero detener, ya que el autor introduce una problemática ficcional, al construir un modo de vida diferente del cotidiano, es decir la vida y la observación desde los árboles plantea otra visión de mayor perspectiva y profundidad que se constituye en otro objeto filosófico opuesto al rutinario representado por lo terrestre, la altura en las copas de los árboles describirá una nueva mirada que se presenta como un nuevo mundo a descubrir por el héroe, el Barón de Rondo. La novela por medio de la oposición al mundo ordinario permite establecer relaciones entre la Naturaleza y el Hombre y la posibilidad de desarrollar un nuevo modus vivendis que nos conducen a las ideologías del Romanticismo del siglo XIX.
Por último, el Período Combinatorio revela el interés del autor por experimentar con el lenguaje y sus posibilidades comunicativas, ejercicios que realizó junto con otros escritores amigos como Raymond Queneau y Alfred Jarry (Los Patafísicos).
En esta etapa sobresalen: Las ciudades invisibles, en donde los diálogos del viajero Marco Polo con el Gran Khan dan cuentas de sus experiencias de viajero por diferentes latitudes.
En este relato las ciudades se diferenciaran entre sí por sus características: las ciudades y la memoria, las ciudades y el deseo, las ciudades y los signos, las ciudades tenues, las ciudades y los cambios, las ciudades y los ojos, mas otros más, títulos que permiten armar un itinerario por las diferentes regiones fantásticas, ciudades que realzan sus bellezas ante la mirada del viajero, por ejemplo, la ciudad de Diomira luce sesenta cúpulas de plata, estatuas de bronce de todos los dioses, calles pavimentadas de estaño [...] pero todas estas bellezas las conoce el viajero por haberlas visto también en otras ciudades; de esta manera el autor por medio de una figura retórica nos relaciona la ciudad con la memoria; en Anastasia, la carne del faisán se asa sobre la llama de leña de cerezo, las mujeres convidan a los paseantes a bañarse con ellas en el estanque, esos y otros deseos pueden encontrarse en ella. Otra ciudad Zenobia en la cual nadie sabe a ciencia cierta por qué se han utilizado pilares para las casas y bambú y cinc como materiales constructivos, y la su forma y diseño es una incógnita, es la ciudad tenue.
Las ciudades invitan al lector como un viajero a descubrirlas, a sorprenderse y extasiarse por sus maravillas a través del relato mágico de Marco Polo para distraer al Khan. Siempre en la base de estas ciudades estará su adorada Venecia y sobre la cuadrícula de esta construirá esas historias urbanas, esta es la clave de lectura de cómo un ciudadano cosmopolita ve en cada uno de los fragmentos de su ciudad nativa a otra ciudad que se superpone a los restos de las otras urbes mundanas.
Sin embargo, la obra más metanarrativa de Calvino es seguramente: Si una noche de invierno un viajero. En esta novela, más que en ninguna otra, Calvino desnuda los mecanismos de la narración, desencadenando una reflexión sobre la práctica de la escritura y sobre las relaciones entre el escritor y el lector. El libro lo forman diez capítulos insertos en un marco: en verdad los capítulos son diez incipit de otras tantas novelas. En el marco, sin embargo, se narra la historia entre el Lector y la Ludmilla, la Lectora, una aventura tradicional a la que no le falta el final feliz. La narración empieza con el Lector que va a comprar un ejemplar de la novela de Calvino, Se una notte d'inverno... pero que después de unas cuantas páginas descubre que el libro está defectuoso, está compuesto por cuentos todos iguales. Vuelve entonces a la librería y allí encuentra a Ludmilla (a quien le ha ocurrido lo mismo). Así empieza una historia compuesta sólo con principios de novelas. Cada vez que Ludmilla y el Lector se sumergen en una novela por la que se apasionan, la narración se interrumpe por los más diversos motivos. Al final el Lector no conseguirá completar la lectura de las novelas, pero se casará con la Lectora a quien, en la cama, antes de apagar la luz, dirá que está acabando de leer Se una notte d'inverno un viaggiatore de Italo Calvino. Los diez principios de que se compone el libro corresponden cada uno a un tipo diferente de narración. Con este ejercicio de estilo a la manera de Queneau, Calvino ejemplifica cuales son los modelos y los estilos de la novela moderna (desde el de neo-vanguardia hasta en neo-realista, desde el existencial al fantástico y surreal). En la base de la narración está encajado el esquema de las Mil y una Noches, dentro del que Calvino coloca las sugerencias y las solicitudes provenientes de la novela contemporánea.
En la narrativa de Calvino encontraremos risas e ironías que como en un carnaval reinvierten las categorías para simplificarnos teorías complejas y desde la lucidez de su pensamiento y la soltura de su pluma descubrirnos mundos nuevos no percibidos por nuestros sentidos. En sí estamos ante un mayúsculo escritor del siglo XX que será siempre ejemplo para las generaciones posteriores.

Entre sus obras podemos citar las siguientes:
Cuentos
• Bajo el sol jaguar (Sotto il sole giaguaro, 1988, póstuma)
• Las ciudades invisibles (Le città invisibili, 1972)
• Los amores difíciles (Gli amori difficili, 1970)
• Tiempo cero (Ti' con zero, 1967)
• Cosmicómicas (Le Cosmicomiche, 1965)
• Marcovaldo (Marcovaldo, ovvero le stagioni in città, 1963)
• Racconti (1958, antología)
• Cuentos populares italianos (Fiabe italiane, editor, 1956)
• Por último, el cuervo (Ultimo viene il corvo, 1949)
Novela
• Palomar (1983)
• Si una noche de invierno un viajero (Se una notte d'inverno un viaggiatore, 1979)
• El castillo de los destinos cruzados (Il castelo dei destini incrociati, 1969). Completado en 1973 con La taberna de los destinos cruzados (La taverna dei destini incrociati).
• La jornada de un interventor electoral (La giornata d'uno scrutatore, 1963)
• La nube de smog (La nuvola de smog, 1958)
• La especulación inmobiliaria (La speculazione edilizia, 1957)
• Nuestros antepasados (I nostri antenati, 1960)
o El caballero inexistente (Il cavalieri inesistente, 1959)
o El barón rampante (Il barone rampante, 1957) Premio Viareggio
o El vizconde demediado (I visconte dimezzato, 1952)
• Los jóvenes del Po (I giovani del Po, escrito en 1951 y publicado en 1957-1958 en la revista Officina)
• El sendero de los nidos de araña (Il sentiero dei nidi di ragno, 1946). Premio Riccione.
Ensayo
• Ermitaño en París. Páginas autobiográficas (Eremita a Parigi. Pagine autobiografiche, 1990). Recopilación póstuma.
• Por qué leer los clásicos
• Seis propuestas para un nuevo milenio (1985)
• Literatura fantástica (1985)
• De fábula (Sulla fiaba, 1980)
• Punto y aparte: ensayos sobre literatura y sociedad (Una pietra sopra. Discorsi di letteratyra e società, 1980)
Otros
• Montezuma y L`huomo di Neanderthal (1974) Diálogos para el programa radiofónico Le interviste impossibili
• La vera storia (1982) Ópera en dos actos, en colaboración con Luciano Berio.
• Allez-hop (1959) Cuento mímico, con música de Luciano Berio, representado en el Teatro La Fenice de Venecia.
• El banco (la panchina, 1956). Con música de Sergio Liberovici, para quien escribió también la letra de cuatro canciones en 1958.

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