martes, 20 de abril de 2010

El mandala de Rayuela en Cortazar


El mandala como procedimiento estético que compone el dispositivo narrativo y de legibilidad en Rayuela de Julio Cortazar.

El mandala actúa como una forma estética que moldea el aparato narrativo y de legibilidad, al hacer uso de elipsis que producen un efecto espiral en la secuencia de la trama. Las elipsis marcan y desplazan un centro, centro que como en las antiguas religiones asiáticas es el ocupado por el hombre que se sitúa dentro del círculo que es su mundo. El efecto alucinatorio de desplazamiento espacial produce la insatisfacción en la búsqueda del centro de los personajes, desequilibrio que se percibe como una marca del texto en la marginalidad en que se hallan Olivera/La maga, que en su afán de alcanzar la deseada centralidad son impulsados a la periferia. Sus vidas pende del juego ontológico que propone el mandala en donde la pérdida de la totalidad produce el quiebre en fragmentos del territorio textual, sólo podrá ser armado cuando se hallé la pieza faltante que desestabiliza a las otras como personajes de la trama. Este juego ofrece que la ilegibilidad sea la condición de posibilidad de la legibilidad literaria. El tablero debe ser armado por un cierto orden, el procedimiento narrativo que se basa en lo circunstancial y el azar en el dispositivo de legibilidad necesita imperiosamente de una organización que posibilite la lectura de forma lógica.
La tensión en el objeto narrativo es una constante, esta el procedimiento que propone el autor de cómo leer la novela que esta tironeando con la idea de desequilibrio, de una imagen que carece de un eje axial, y por lo tanto, ejerce una presión hacia los márgenes. La novela propone un develamiento al lector al poder armar su lectura basada en la intuición y libertad que propone el orden abierto de los fragmentos. El texto funciona como un pre-texto en donde subyace la problemática gnoseológica entre la relación del conocimiento y el hombre. “Ciertas nombres que aparecen tempranamente nos dan la clave de este aspecto gnoseológico que quiere ser más profundo. Mandala y Centro, provenientes de ritos mágicos de pasaje y busca de la plenitud ...”[1]
La espacialidad de la novela rompe o aleja la posibilidad  de centro o mandala, al proponer Buenos Aires y París como dos extremos que se convierten en dos puntos equidistantes que se trastocan en márgenes, y en consecuencia, marginalidad para Olivera y La maga y los otros personajes.

El concepto de Mandala que Cortazar iba a incluir en la novela y luego no lo incorpora puede ser muy esclarecedor.

“MANDALA
Es a la vez imago mundi y panteón. Al entrar en él, el novicio se acerca en cierto modo al ´Centro del Mundo’; en el corazón del mandala le es posible operar la ruptura de los niveles y a acceder a un modo de ser trascendental
                                                           Mircea Eliade”[2]
Es justamente esa idea de alcanzar al centro del mundo lo que persiguen personajes como Oliveira y la Maga pero su posibilidad queda trunca ya que no pueden acceder a un estado trascendental por que la problemática gnoseológica de ellos opera como un laberinto que los atrae hacia los márgenes; la constitución de la trama gira en torno a la dualidad centro/descentralización y es en este juego que esta última impera finalmente. La traspolación de figuras que propuso el autor de Rayuela por Mandala marca similitudes estéticas entre ambas, al ser el cielo la figuración del centro.
La figura del Mandala tiene un trascendencia especial para comprender la relación que se establece con el sueño en la novela. Los fragmentos, 123, 126, 127, 128, y 129 permiten relacionar la idea del sueño con la búsqueda del espacio perdido que es la posibilidad de hallar el centro del mandala, expresados como “Por qué, con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de la primera vida...”(R. 126). El gran desorden que existe en el texto actúan en el mandala como sistema que organiza e intenta colocar al mismo en equilibrio pero eso solo se alcanza parcialmente o nunca siendo ello lo que posibilita el procedimiento narrativo. La figura estética es de una pregnancia importantísima ya que la imagen visual del Círculo y la Espiral proponen simbólicamente la idea de orden cerrado y equilibrio, en el primero, y de orden abierto y de difusión, descentración, marginación, en el segundo.
Los puentes entre las ciudades París-Buenos Aires operan como en un mandala, al establecer la relación entre dos elementos opuestos simbolizados por el Cielo y la Tierra, espacios que actúan atrayéndose y repeliéndose pero siempre configurándose como opuestos metafísicos.
Por último, Rayuela es metáfora que se expresa como una obra que se aísla para reflexionar sobre sí misma en torno al Mandala.


[1] Barrenechea, Ana María, Cuadernos de Bitácora, p.97.
[2] Citado por Barrenechea, Ana María, en Cuadernos de Bitácora

Los Cer dos la poesía de la piara


Los Cer dos


Lo primero que viene a nuestras cabezas al leer estos textos es: quiénes son ellos. Pero esto nos remite inmediatamente al misterio de lo anónimo. Desde el posestructuralismo, Barthes, Foucault se ha hablado que el autor ha muerto con intencionalidad de quitarle importancia a la figura superlativa del creador de la obra para centrarse en análisis literario objetivo del texto y no en lo biográfico.
Ahora bien la obra en cuestión que nos provoca desde la posición del escritor anónimo tiene desde el título varias marcas. La primera el análisis semiológico, este es un fonema formado por dos silabas que como tales nos indica, el hecho de ser dos o mejor dicho más de uno, esto nos responde en parte nuestra pregunta.
Después tenemos que esta multitud de textos que como masa amorfa es imposible de ver lo individual, nos mira con la máscara de un cerdo.
Y es en este punto es donde me quiero detener para resaltar la importancia del motivo carnavalesco. Es por medio de esa máscara que se ocultan ellos pero no solo eso sino también que gracias a esta ocurrencia se pueden colocar en un lugar de privilegio que es el espacio de la burla, risa, ironía elementos todos del carnaval. Cuando hablamos de la literatura carnavalesca nos remitimos a textos como los de Rabelais, Cervantes, Swift donde la máscara permite desde ese lado criticar las costumbres, la política y a la sociedad en diferentes grados, así se puede estudiar en el estudio crítico de Bajtín.
Los textos son intencionalmente desagradables, están en desacuerdo ya que nacen desde la idea que desde los márgenes, es lo opuesto al centro y por ende a lo legal o lo que esta dentro del sistema. Es desde los espacios de la orilla que este grupo literario desde la suciedad de su vocabulario y desde situaciones irreverentes quieran llamar la atención del lector para mostrarnos una posibilidad de otro mundo mejor o ideal. Por que es solo desde la idealización que se pueden construir estos textos para criticar a empresas expoliadoras que solo quieren exprimir a sus empleados como limones. En este sentido encontramos antecedentes en la literatura argentino en el grupo de Boedo: Olivari, Gonzalez Tuñon, Yunque, etc. Retornando al vocabulario vemos en esa caterva de insultos destinados al poder opresivo, lo mejor de la obra de este grupo o multitud-piara. Los textos nos llevan por un recorrido ilegal si entendemos que ellos están al margen o en lo subterráneo porque es allí donde estas poesías se paran pero no con un discurso ya que no quieren o tienen la intención de ser instructivos o aleccionadores como consejos sino por lo contrario mostrar que desde otra posición no clásica se puede hacer literatura. Y esto es lo mejor que hacen desde la irreverencia literaria atacar gigantes oponentes que desde su posición legal y opresiva detienen un poder que los ha dotado de idiotez en contraposición a estos lucidos manuscritos.
La suciedad que es lo contrario a lo que esta bien desde la costumbre  o la tradición que representaría lo pulcro o limpio es este otro espacio para producir. Los cerdos se revuelcan en el chiquero, se ensucian se cubren con una patina de barro para ocultar sus deformaciones o defectos corporales, así las palabras transitan por estas páginas blancas que se salpican de tierra, y otras yerbas escatológicas pero se iluminan desde su interior con un mensaje límpido como el agua de la alta montaña, donde no sabremos si allí en este mismo momento la piara se baña.
Por último, la piara esta suelta y escuchamos sus gritos que nos despiertan de la resignación para contarnos sus historias anárquicas.


El Delta Panorámico de Marcelo Cohen

El imaginario urbano en la construcción de ciudades postmodernas en Los acuáticos de Marcelo Cohen.

Un Delta Panorámico como espacio que define las características fantásticas de un mundo imaginario que sirven de contexto de representación de los seis relatos. Se trata de un espacio donde islas diversas con realidades distintas se integran en un todo y se comunican entre sí, sin perder por eso su particularidad.
El espacio urbano que tiene rasgos utópicos que definen ciudades delineadas por el eje de la ciencia ficción que representan un mundo fantástico. El Delta Panorámico organiza los relatos como un viaje turístico al recorrer las distintas islas cuyas ciudades y sociedades son expuestas como un muestrario etnográfico, sociológico. La elección de un delta que no es sólo un delta sino que es un Delta Panorámico, demuestra que este escenario opera como un panóptico ejerciendo por medio de este efecto visual una función abarcadora de los distintos puntos de vista de los relatos, en donde la panconciencia hilvana los cuentos entre sí: “De ese mismo modo funciona el ente primordial del delta, la Panconciencia, integrando las múltiples conciencias individuales; y de ese mismo modo funcionan los relatos de “Los acuáticos”, multiplicando relatos realidades y a la vez articulándolas.”
Así en un primer relato, Ajan, es la ciudad mitológica, sin interés por el pasado o el futuro. Isla habitada por habitantes expulsados por otras islas, brutos, seguramente, tecnoatorrantes, boat people
Mito fundación de la ciudad Aján.
“Ciudad de Ajania, prisma de cristal de cuarzo clavado en....[...] Todo alrededor de la ciudad hay esa lejanía de fango resinoso donde se atrofian hasta los laureles, cruzada ser acueductos y agujereados trechos de asfalto y pasarelas de aluminio que unen antiguas viviendas obreras. ...Todo lo que la ciudad viene evacuando desde hace una enormidad de tiempo. Pasan por ahí vías de tren que acaban de golpe en las lomas peladas.”
La religión introduce una variante postmoderna al nombrarla como neopaganos.
En la Ciudad Ajania no hay lugar. La ciudad se hizo estrecha de talle y alta envergadura. Rascacielos, puentes aéreos y por supuesto parques obligatorios, todo superpoblado e hiperáctivo. En la ciudad de Ajania imperaba el orden pero más allá de sus fronteras “había crímenes violentos...”
El poder ajanio “ha ascendido a fuerza de estar en contacto con la Panconciencia”. “La Panconciencia inculca la mentira de que estando en un lugar uno está en todas partes, lo mismo Ciudad Ajania que Parisi” El problema de la superpoblación del lugar hizo agudizar la creatividad de Viol Minago quien al intentar de buscar una solución crea un juego que será la principal predilección de sus habitantes que reciben el nombre de los palabrísticos. “En una sociedad definida por el roce obligatorio y la reticencia estratégica la Palabrística elevo al cielo una, una...”. Diferentes bandas que se abocan a formar palabras por medio de la destreza gimnástica que organizan competencias como demostración de la creatividad, torres humanas como arquitecturas que conforman una unidad de “fuerza, equilibrio, composición, claridad. Cada ciudadano un átomo de una gran molécula con sentido. El enrarecido deseo de los ajanios se sublimaba en un clímax de arquitectura fantástico.”
Distancia irónica, panconciencia –categoría althuseriana del aparato ideológico del estado. Discursos tópicos, imágenes, los hombre son hablados por ellos . Funcionamiento en relación al del inconciente lacaniano como portadores de discursos por los cuales somos hablados, de ahí surge la panconciencia. El narrador como locutor pre-panconciente, en donde no hay un flujo constante de palabras. Los aparatos de administración del estado no dejan vacíos en el entorno social (Adorno), son las sociedades plenamente administradas, así la novela explica el uso de la panconciencia como control social: “La Panconciencia no es un sistema de control ( ...aunque a veces haya servido a fines de control político-social).” Así en estas sociedades hipertecnificadas, la panconciencia es la posibilidad del desarrollo humano, su ejercicio hace más apto a sus practicantes ya que adquieren mayor poder para dominar a otros pueblos. “En el marco de Panconciencia todos los mensajes se explican mediante mensajes casi idénticos. La Panconciencia tiene doble fondo, o triple, pero una vez que ha ocultado algo no vuelve a mostrarlo nunca. En cambio en la Palabrística había una tendencia centrífuga. Sólo era perceptible al leer las palabras que uno mismo estaba construyendo” Desafíos con los pueblos vecinos entre los Belugos y los Meridianos.
La anáfora “vio los pezones de Belna afilados por la brisa...”, dispara la enumeración heteróclita, a la manera de “El Aleph”.
(Cap. 3, Cuando aparecen aquellos) La Bruya, y “por cierto que la antigüedad de los edificios era un espectáculo” “...las aceras desiertas de la avenida Corballó eran el homenaje de La Bruya a viejas leyendas urbanas: casas de cambio, empresas de transporte acuático y bancos morían durante veinticuatro horas dejando en el centro de la ciudad un vacío mítico, ...” “Entraron en el tenebroso Pasaje del Comercio, donde pandillas estudiantiles fumaban”; “enfilaron la avenida Dadario, toda severa de edificios públicos. Tálico va a partir. Conocerá el Delta Panorámico, y tal vez mucho más de lo que se propone por que, si bien recalará en la Isla de Onzena”
La isla de Tondey y su panorámica vista en donde: “se divisa buena parte de la bahía de Tond: largos riscos coronados de monoblocs en una punta, y en la otra el humo de las fabricas de conservas. Apretadas en el centro resisten folklóricas hileras de casas sobre pilotes.

Hay todavía pompas de luz de gas en el vacío paseo de la ribera.”
(Cap. V, Usos de las generaciones) La Panconciencia utilizada por los periodistas “más le vale enchufarse con desenvoltura y reconocerla como herramienta profesional informativa.” “yo me conecto como todo el mundo a la Panconciencia. Me parece muy útil ”.
¿ Qué es lo que sostiene a las ciudades?. Es la massmediatización universal, las cosas que se perciben son intangibles, cable satelital, chips.
Es entonces una forma de comunicación entre las conciencias de los habitantes, opera como un medio de comunicación masivo (mass-mediatización societaria) en un Delta imaginario que solo tiene existencia por medio de las imágenes que recrea este órgano, la panconciencia. Una representación de la conciencia que permite construir una topografía ficcional de un Delta Panorámico que está conformado por innumerables islas: Isla Magano, Archipielago Rotei, Isla Colohana, Isla de Fel, Isla de Swanee, Isla de Banion, pero que introduce la duda de su existencia que reafirma el carácter imaginario del lugar: “no cabe descartar que la Panconciencia haya engendrado el Delta Panorámico tal como lo vivimos hoy.” “El idioma panconciente embebió la realidad del Delta Panorámico. Tan comunicada estaba esa gente que casi todos sabían lo mismo o pensaban como si no supieran nada diferente.”
Al final en el Cap. V, Panconciencia un ensayo, se intenta definirla por medio de una serie de características y cualidades únicas que reafirman el sentido que ella posee en estas sociedades que sin ella no podrían existir, o en otras palabras, “...la panconciencia entidad de contornos complejos que les permite a los que viven en el Delta participar, por momentos de las cosas que suceden en el foro interior de sus semejantes, como si hubiera corredores que se abran o se cierran entre ellos”.
- “La Panconciencia es la capacidad de un cerebro humano de incorporar transitoriamente los contenidos conscientes de otros cerebros humanos del Delta Panorámico...”
- “En la Panconciencia el encuentro es casual, tanto entre conciencias remotas como cercanas.”
- “Las propiedades de la Panconciencia son volubles”.
- “La Panconciencia es una alucinación consensual.”
El relato forma un cronotropo (concepto de Barthes) sobre las imágenes urbanas: construido por distintos tiempo arpas, cítaras en el pasado, presente trenes colgantes y futuro; cuatro palabras que definen el tiempo cultural y técnico de la ciudad Brulla.
Aján: ciudad gobernada por la cultura de la cortesía ya que los ciudadanos están en contacto físico permanente. La brulla, cuidad del ruido, de la performance de la música. Panconciencia: la ciudad que no se ha terminado de construir o destruir, en donde hubo algo urbano y desapareció, hay vacíos de una ciudad que será y que fue.
Brulla: museo urbano como cruce de temporalidad, geografía de una civilización que desapareció y finalmente ciudad de sentimientos, tipo de amistad viril de reticencia y reserva en Borges.
Expulsión de la naturaleza, mutaciones genéticas, ratas que invaden la ciudad nadando en aguas pestilentes, apestosas. Ratas mecánicas, pájaros albinos, compositum urbano, naturaleza y técnica que no se despega del orden estético –en lo que querían sistematizar los escenógrafos.
Los dos amigos hacen un paseo borgeano, él y Mastronardi. Hipótesis sociológica del cuento, aquellos que son marginales lo son. El cuento suscita en la recepción desde su densidad permite escribirse en otros horizontes. En la Brulla no hay panconciencia, todo es representación, esta puesto en el exterior de los cuerpos, los cuerpos juegan el significante(danza de figuras, no baile) que es diametralmente opuesto al de la ciudad de Aján de cortesía, invención de la representación de la panconciencia. Alguien que está sustraído de la panconciencia describe una ciudad sin mito que opera en la creación de mitos por el narrador. Recuerdo de alguien que se sustrae al aparato ideológico de estado, ideología, a la que están sumergidos el resto: “los misioneros instalan una transmisora de panconciencia”, que es ir a difundir una creencia e instalarla en la tierra infiel.
Imaginario: espacio de sentido, tópicos que se pueden repetir como tópicos comunes entre, por ejemplo, Chefjec y Cohen, en esferas ideológicas, formas de narración y metáforas.
Conflictos de la construcción: oximorón, sinécdoques. Rutilante campo de exclusiones, brillo cognotado positivamente y resignificado por exclusiones. Triángulo clásico estético: bello, bueno y útil en la mezcla de folk con lo hipermoderno –profesor de educación física y músico de la caja rítmica peruana de la costa, que da inicio a los mitos de la lengua; practicantes de la palabrísitica.
Maffesoli como plataforma de ideas a partir de la construcción urbana que esta en este texto, pasado del orden contractual, mitos filosóficos sobre los orígenes de lo social. Régimen político del contrato social que nos constituye como ciudadanos; el orden de la sensibilidad –en las ciudades postmodernas-, aquello que constituye a los individuos es el pasaje de los distintos roles afectivos, táctiles –estudio del rock o del fútbol que culmina en un acontecimiento “sentarse a hacer música juntos”. Función del orden dionisiáca (Nietzche), culminación que marca el final de la música.
Principio de religamiento que tiene la religión.
- Clase marca el estilo, clase y estilo están juntas. En la ciudad postmoderna la diferenciación esta centrada en los estilos que conforman tribus sociales, a su vez bandas como los palabrístas.

Pushkin y Gogol en la extraordinaria literatura rusa


  Las historias de Belkin de Pushkin y Almas muertas de Gogol

   Los relatos de Belkin, permiten mostrar una variedad de voces que integran las diferentes posiciones del narrador en la trama. Por ejemplo, en “El disparo”, la primera persona asume un tono intimista en el dialogo con Silvio, así en esta narración el narrador se confunde o se oculta en la voces de los personajes.
En cambio, en “El fabricante de ataúdes” la tercera persona es omnicente ya que asume el rol del contador de la historia y es desde esta posición que define el relato narrativo tradicional y el rol del narrador.
“El jefe de posta” es una representación narrativa que conforma un metarelato, el narrador cuenta sus desventuras a un amigo, de esta manera el relato establece un doble juego al desarrollarse como relato en el espacio del relato. La narración en 3º pers. asume las marcas de la oralidad que como en el texto de Benjamin, El narrador, es la principal característica  que define al género narrativo que se construye desde las historias, en el sentido de Tinianov: “Es historia en el sentido que evoca una cierta realidad de acontecimientos que habrían sucedido, personajes que desde este punto de vista se confunden con los de la vida real. ...Pero la obra es al mismo tiempo discurso: existe un narrador que relata la historia y frente a él un lector que la recibe . a este nivel, no son los acontecimientos los que cuentan, sino el modo que el narrador nos lo hace conocer.” [1]
En este mismo sentido de Tinianov, Los cuentos de Belkin poseen características que son claves para comprender su análisis de la construcción narrativa:
1-     La tercera persona, le ofrece al autor la posibilidad de narrar las historias contadas o glosadas por los otros y al mismo tiempo establecer desde una distancia o exterioridad que define la  posición de observador y narrador de los acontecimientos, de esta manera su posición en el espacio narrativo lo define como el narrador y los que realmente son parte de la trama del cuento.
2-     Todos los relatos están impregnados de la idea de tradición nacional que recupera la identidad del pueblo ruso, esta forma se afirma con la enumeración o descripción de la cotidaneidad como el peso que tiene en estos relatos las profesiones de los personajes principales; militares, zapateros, carpinteros, postadores, campesinas. Son estas profesiones populares, los que preservan la memoria colectiva. Justamente es la narración el dispositivo que posibilita la preservación de la experiencia colectiva guardiana de la memoria e identidad nacional.
Por último, la literatura con sentido formativo en el sentido de Brecht –literatura de compromiso- parece aquí desarrollarse en toda su plenitud, ya que cada línea transmite enseñanzas de distinto orden, en donde cada cuento actúa como una fábula que posibilita la recuperación de la moraleja como enseñanza para el lector. Estos cuentos son fragmentos de la experiencia rusa y al mismo tiempo son modos de percepción que son capaces de captar la problemática de una época, en este sentido el texto deja observar un subtexto que asume la forma de la crónica que como dice Benjamin, en El Narrador es una de la formas que asume el narrador en su tarea de registrar las experiencias colectivas, salvaguardando la verdad de los acontecimientos históricos.



[1] Análisis estructural del relato, Las categorías del relato literario, Todorov, T. Ediciones Coyoacán, México, 1996, p. 163.

domingo, 18 de abril de 2010

Roberto Arlt y su Juguete Rabioso


El juguete rabioso” de Roberto Arlt

La ciudad como infierno, la ciudad como espacio del crimen, la ciudad opuesta a la naturaleza, la ciudad como laberinto tecnológico: todas estas visiones están en la literatura de Arlt.

El paradigma literario de la ciudad que de diferentes maneras representaron autores como: Poe, Baudelaire, De Quincey por el lado de las grandes ciudades deshumanizadas y las sociedades urbanas despojadas de dignidad como: Sue, Balzac, Dickens, Dostoievsky  más el naturalismo que tuve a la ciudad y sus males como su principal tópico, así todos estos autores actuaron como auténticos testigos de las experiencias urbanas del siglo XIX. Arlt plasma como aquellos autores del siglo XIX la cara de los desgraciados, desocupados, los despojos que la sociedad dejó a un lado y llamó marginales ya que no encuentran su integración en su seno; así la literatura arltiana de formas no realista-expresionista representa llanamente la modernidad de la Buenos Aires de fines de los años 20. Las carencias de la Buenos Aires de 1926 ya reflejaban parcialmente la crisis del 29, el no tener dinero es una cuestión central en los personajes de Arlt, Silvio Astier es un escritor frustrado que debe trabajar para mantener a su familia pero esta obligación social es agobiante y es vivida con desesperación. En el fondo de esta cuestión económica siempre esta el maquiavélico escenario de la ciudad que expele y condena a sus habitantes a la pobreza, miseria que es la representación de la marginalidad no permitida por la sociedad de consumo urbana y que se puede definir en las palabras de Baudelaire “Maten a los pobres [1]. O también como dice David Viñas, “Y  las posibles maneras de superar esa situación se dan a través del trabajo empecinado y oscuro o mediante la veloz espectacularidad de lo mágico. Astier, por ejemplo, trabaja, colecciona trabajos y en esa yuxtaposición de faenas a la vez que estructura una historia realizando su aprendizaje dibuja sus imposibilidades [2]. La ciudad en el universo arltiano ejerce su poder polifónico sobre sus habitantes produciendo: “la constitución agónica de un universo poblado de ilusos, inventores frustrados, místicos, locos, utopistas, rameras bíblicas, perversos, conspiradores, aventureros, filósofos de café, rufianes, humillados y oradores mesiánicos que conviven con tenderos, profesores universitarios, obispos, burócratas, generales, ministros, amas de casa, médicos, filántropos, etc.[3]
   La obra de Arlt es un claro ejemplo de puesta en evidencia de las definiciones de Marshall Berman[4] en que la modernidad aparece como la dialéctica entre la modernización – procesos duros de transformación, económicos, sociales, institucionales– y el modernismo – las visiones y valores por medio de los cuales la cultura intenta comprender y conducir esos procesos– las ciudades y sus habitantes sufren los avatares del poder económico de la Revolución Industrial que expele a sus víctimas y los margina al estancamiento de la pobreza humillante –ver sólo el origen de la carrera delictiva de Silvio Astier. Es por lo tanto, Astier y los otros personajes de las sagas arltianas los que son devorados, canibalizados por: “la ‘modernidad’ paradojalmente, los aspira y los expele en un doble movimiento de explosión/implosión. Pertenecen, de modo ambiguo, a una mezcla cuyas tensiones y direcciones no les es posible conocer, o que sólo intuyen de manera nebulosa [5].
 La ciudad es el paraíso de los avances tecnológicos, del progreso científico que diseña el porvenir urbanístico, la ciudad es en sí la representación mágica de una Buenos Aires futurista, que desde los fines de la década del 20 y 30 salta a un urbanismo de los años 40, 50.
El barrio es una marca indeleble en la estructura narrativa de “El Juguete Rabioso” que se puede explicar como: “una técnica del reconocimiento del espacio en calidad de espacio social”, uno pertenece a una determinada calle – la adaptación es mía, “Firma que da fe de un origen, el barrio se inscribe en la historia del sujeto como la marca de una pertenencia indeleble en la medida en que es la configuración inicial, el arquetipo de todo proceso de apropiación del espacio como lugar de la vida cotidiana pública[6]; los juegos del barrio de los adolescentes  tal como formar un grupo de actividades secretas, clandestinas denominado el “Club de los Caballeros de la Media Noche” –de origen folletinesco.
Las referencias barriales construyen un itinerario por la ciudad, así el pequeño Astier afirma su pertenencia al barrio en: “O descubrir tesoros más allá del arroyo Maldonado en la parroquia de San José de Flores[7]. El Buenos Aires de Arlt será aquel que se estaba “extendiendo hacia el oeste a partir de 1900, pautando un segunda forma de localización y alojamiento (la primera había sido el hacinamiento en los conventillos del viejo casco urbano) para los saldos inmigratorios que ya se han asimilado o están en proceso de hacerlo. Un mundo de casas bajas ( y ocasionalmente de planta alta) que entre 1887 y 1909 ha cuadriplicado su número en el que prolifera un comercio menudo –preferentemente en manos de inmigrantes-...” [8]
Pero también hay una característica en este autor que lo distingue del resto de sus colegas, autores contemporáneos que es: “Arlt también limpia de sentimentalismo a la crónica urbana. El barrio no es un escenario para la literatura pintoresca; Arlt no propone una reivindicación de lo menor que estaría allí como objeto de un romanticismo que, casi desde el comienzo, es nostálgico. Por el contrario, el barrio es el infierno de la pequeña burguesía, y sus pequeños propietarios grotescos se parecen más a un dibujo expresionista que a las evocaciones del tango canción. Arlt busca la tensión exasperada del expresionismo. Esa es su vanguardia probablemente no conocida del todo.[9]  Lo que si esta bien en claro, es que la ciudad es la representación de la síntesis Modernidad/Decadentismo/Expresionismo. El malestar que se percibe en las ciudades arltianas es de una problemática arcaica –Génesis, 4,17, la culpa cainita o de añoranza edénica- pero que se empezará a profundizar con el crecimiento desmedido de la ciudades durante el inicio de la Revolución Industrial y que se plasmó en crítica literaria en el Romanticismo que representa a la ciudad como una manifestación opuesta a la naturaleza ­– que permite al hombre alcanzar el autoconocimiento por medio del aprendizaje, y en consecuencia, le permite alcanzar la totalidad, es decir, culminar con la alienación del hombre moderno.
Bajo un panorama sórdido, sin salida, la ciudad sólo puede ser dominada por los personajes alienados de Arlt que perciben en  la huida hacia el campo una salida para sus vidas –como en El Juguete Rabioso– , o en la destrucción por la explosión o incendio – en Los siete locos, Los lanzallamas. La fuga de la ciudad es una obsesión en las obras de Arlt. Silvio Astier tiene una posibilidad de evadirse del agobiante yugo de la civilización por medio del robo o de la delación recompensada. “La felicidad del hombre, de la humanidad, depende de cómo resuelve el problema de la ciudad, lugar antinatural para el hombre. El hombre no puede vivir separado de su tierra; volver, pues, a la tierra es el mensaje de sus novelas[10]
Entonces la relación entre el Hombre y la ciudad es vivida en los textos de Arlt como la representación de un conflicto insoluble, trauma que precipita a sus víctimas a salidas irracionales, descabelladas ya que la plaga de la civilización capitalista todo lo corroe. El hombre urbano vive hacinado, mecanizado, alienado y sin rumbo, sus valores tradicionales han sido ridiculizados y reemplazados por el culto a la máquina, los sentimientos en consecuencia disminuidos, la pérdida de la creencia es reemplazada por la adoración profana de la tecnología con su poder de fascinación fantástica. Por ejemplo, en la representación de los personajes arltianos podemos hallar la clave a la crítica encubierta que el autor propone en sus textos, ni el “ pequeño comerciante” ni el “inventor” parecen pertenecer de hecho a la modernidad tecnológica del capitalismo. Más bien son figuras “primitivas” y encapsuladas en un estadio preexistente... El ahorro del “pequeño comerciante” arltiano y la actividad que lo proporciona se parecen más a la avaricia sórdida que a la acumulación predicada por el capitalismo, el “inventor”(Astier o Erdosain) se acerca más a la dilapidación estética que al sobrio eficientismo de la productividad tecnológica; los “burócratas”, a su vez, son los entes de la “disponibilidad servil”, que ni crea ni se esmera en el pequeño arte materialista del ahorro comercial. Sumidos en la necesidad, la esfera de sus deseos se restringe a temer y durar en empleos ínfimos...[11] 
La escenografía expresionista que propone Arlt en sus textos permite la filtración de las visiones tecnológicas en las descripciones de la modernidad urbana, espacios escenográficos “que amalgaman y contraponen lo duro, lo gaseoso y lo eléctrico.[12] Arlt no solo rompe con la tradición de la novela urbana en la Argentina como por ejemplo Manuel Gálvez sino que introduce la novela típica del siglo veinte: la
novela de los contextos urbanos y al hombre de las grandes concentraciones urbanas, donde la civilización y la mecanización han hecho de él y su vida algo imposible. “Difícilmente se puede encontrar en la literatura del siglo veinte, en la novela urbana, una apología tan completa del campo como en las de Arlt.[13] Las imágenes recurrentes en la literatura de Arlt se asocian para configurar el motivo de ciudad como prisión, la sensación de encierro, esa suerte de claustrofobia urbana que es una de las causas de la angustia, atenta contra la intimidad y genera los pensamientos en sus personajes de destrucción, huida o suicidio.
   La destrucción de la ciudad es también la elección y significación del exterminio del poder maléfico urbano que subyuga a sus habitantes pero al mismo tiempo es: “La destrucción de Buenos Aires significa también la destrucción de la nación, pues como dijo Martínez de Estrada, “Buenos Aires es la ciudad-nación”. Limpiar la ciudad es limpiar a todo el país de comerciantes, empleados, de explotadores y explotados [14] Ese afán destructivo está representado en el invento del cañón “superdestructor” de Silvio, el cual puede matar a cientos de personas.
La ciudad es la representación estética del expresionismo, es la relación del autor sobre el mundo que lo rodea, en las palabras de Aira: “En Arlt el mundo es expresionista, de contiguedades excesivas y deformaciones por falta de espacio en un ámbito limitado, un interior (su mundo es un interior), es una opción formal [15]. Una definición del expresionismo aclara como es la visión del autor: “en este caso el sujeto ha dejado de ser perceptivo –como en el impresionismo– porque desconfía de las apariencias del objeto. Un impulso esencialista lo lleva a buscar la forma verdadera. El “ojo del espíritu” o visión interior –espiritual o intelectualque ese objeto le provoca; visión que no es más que la proyección de su yo sobre el objeto al que se enfrenta.” [16] La modernidad se percibe y se plasma en el expresionismo arltiano que es como un método apropiado para guiar la percepción,  descubriendo en este acto la experiencia del mundo urbano que está en un estado latente de vibración continúa, “a esta imagen que surge de este procedimiento los expresionistas la llaman “fisonomía latente”: configuración dinámica de lo real antes que de su figuración cristalizada en imagen. En la ciudad futura que imaginan los personajes de Arlt, la “fisonomía latente” de la modernidad se resuelve en imagen hiperbólica.[17]
Bajo este procedimiento estético es representada la ciudad arltiana, el autor logra trasmitir esas evocaciones visuales eminentemente plásticas, del espacio de la calle, efecto expresionista alcanzado por el trazado de líneas oblicuas que lo saturan de ángulos (las calles son “diagonales oscuras” sobre las que se extienden las “sombras oblicuas de los edificios”) y también por el juego de luz y de sombra – característico del cine expresionista– en que la oscuridad está indicada tres veces (en lo oscuro de las diagonales, en la sombra de los edificios, en lo negro de los cables) para promover el contraste con la palidez de la imagen humanas. Las palabras del autor en El Juguete Rabioso dotadas de fantasía tiene un significado simbólico, los colores sugieren una escenografía expresionista, en donde “En un llanura de asfalto, manchas de aceite violeta brillaban tristemente bajo el cielo buriel. En el cenit otro pedazo de altura era de un azul purísimo. Dispersos sin orden, se elevaban por todas partes cubos de portland. Unos eran pequeños como dados; otros altos y voluminosos como rascacielos[18] La ciudad construye con sus rasgos individuales e únicos una panorámica de colores saturados por la oscuridad opaca o colores cenizas sombríos o a medio iluminar, planos de medias sombras, siluetas urbanas difusas por las luces nocturnas y el efecto de la neblina, representación que se puede comparar con la imagen de Metrópolis (1926) de Fritz Lang, ejemplo máximo del cine expresionista.
 La calle es representada como un espacio cercado, en que a pesar de la proximidad, no existe la posibilidad de un encuentro frontal, cara a cara, entre los sujetos. Para Beatriz Sarlo: “ las figuraciones arltianas de la ciudad futura no son metafóricas”; poseen, en cambio, un grado de referencialidad muy particular: son capaces de potenciar el futuro contenido en el presente. “Arlt ve en la Buenos Aires del treinta –dice Sarlo- lo que va a ser la ciudad de los años cuarenta y cincuenta, hace una elipsis de tiempo, salta sobre el presente porque unos pocos signos de presente se convierten en la masa compacta del futuro. Tal el poder de predicción –así lo llama- de la literatura de Arlt.” [19]
Podemos afirmar como hipótesis que por medio de la descripción urbana y de sus tipologías sociales, Arlt intenta alcanzar una “interpretación relativista” de los fenómenos sociales observados y descriptos con objetiva agudeza sociológica pero también hay una fascinación por los personajes marginales de clase baja que siempre intentan desprenderse de ese origen desafortunado.
En palabras de Simmel: “el arte constituye una totalidad autónoma a partir de fragmentos de la realidad [20], los fragmentos literarios arltianos como fracciones del imaginario urbano permiten construir un mapa social de la Buenos Aires de los años 20 y 30. 






[1] Baudelaire, Charles, El spleen de París.
[2] Viñas, David.
[3] Rivera, Jorge B, Conferencia: Textos sobre Roberto Arlt y la ciudad Rabiosa.
[4] Berman, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire.
[5] Rivera, Jorge B. Conferencia: Textos sobre Arlt y la ciudad rabiosa, pág. 3 o XXX, Fotocopia.
[6] Certau, Michel de, La invención de lo cotidiano 2: habitar, cocinar, pág. 11. Universidad Iberoamericana Biblioteca Francisco Xavier Clavigero.
[7] Arlt, Roberto, El juguete Rabioso, pág. 25, Bruguera-Alfaguara, 1979.
[8] Rivera, Jorge B. Conferencia: Textos sobre Arlt y la ciudad rabiosa, pág. 5 o XXXV, Fotocopia.
[9] Sarlo, Beatriz. Roberto Arlt, El extremista. Publicación digital.
[10] Gostautas, Stasys. op.cit., pág 5 o 448. F
[11] Rivera, Jorge B. Conferencia: op.cit. pág. 6 o XXXVI, Fotocopia
[12] Rivera, Jorge B. op. cit, ibid pág. 4 o XXXIII, Fotocopia
[13] Gostautas, Stasys. La evasión de la ciudad en las novelas de Roberto Arlt, Revista Iberoamericana, pág 4 o 446. F
[14] Gostautas, Stasys. op.cit. , pág 5 o 449. F
[15] Aira, César. Arlt, Paradoxa Nº 7,. Beatriz Viterbo, Rosario.
[16] Capdevila, Analía. Arlt: La ciudad expresionista, pág.131, Boletín 7 del Centro de Estudios de Teoría y Critica Literaria, Octubre de 1999.
[17] Capdevila, Analía. op.cit. pág. 132.
[18] Arlt, Roberto. El Juguete Rabioso, pág.     Bruguera Alfaguara, Narradores de hoy.
[19] Capdevila, Analía. op.cit. pág. 139/40.
[20] Frisby, David. Fragmentos de la modernidad, pág. 102/103.Editorial Visor, colección La Balsa de la medusa. Madrid.

Italo Calvino sus obras para conocer

Italo Calvino, el sorprendente innovador


La vida de este gran escritor italiano (nacido en Santiago de las Vegas, Cuba, un 15 de Octubre de 1923 y fallecido en Siena, Italia el 19 de Septiembre de 1985, dejando en ese mismo momento dos obras inconclusas: Bajo el sol jaguar y el ensayo, Seis propuestas para el próximo milenio. Su vida se alterna entre sus dos predilecciones: la política y la literatura. Participó en la resistencia a la ocupación nazi en Italia con los partisanos
Su ficción recorre diferentes etapas estéticas: el Neorealismo que más que una escuela fue un sentir de los jóvenes escritores posteriores a la Segunda Guerra mundial que se sentían depositarios de una nueva realidad social. Fue bajo este clima intelectual que Calvino concibe la breve novela Los senderos de los nidos de la araña y Por último el cuervo, en donde se revela un escritor con una singular capacidad para representar la realidad, conjugando el compromiso político y la literatura de una manera espontánea y ligera. En este tiempo, él es candidato por el partido comunista y de tono autobiográfico nacen fabulas como La jornada del escrutador (1963), La especulación inmobiliaria (1957) y La nube de smog (1958).
Posteriormente su pluma realiza un giro para reconstruirse bajo una estética rica en ficciones que como fábulas describen un mundo fantástico-realista, en esta segunda etapa denominada el Período Fantástico sobresale la trilogía: El Vizconde demediado (1952), El Barón Rampante (1957 ) y El Caballero Inexistente (1959). Esta trilogía recorre categorías filosóficas trabajadas desde la simpleza de su pluma para contar por medio de fabulas la dualidad del Bien y el Mal en El vizconde demediado, el valor de lo heroico, la nobleza e inmortalidad en El Caballero Inexistente.
La mejor manera de dar a conocer a este autor es desde el análisis de sus textos. La importancia de su obra radica en la composición del objeto literario, él establece una relación muy particular en sus cuentos y/o novelas, en donde los personajes históricos establecen diálogos con los personajes ficcionales, el barón Cósimo de Rondó establece diálogos epistolares con D’Alambert y Rousseau, dialoga también con el Emperador Napoleón de Bonaparte, en El Barón rampante. La finura de esta composición nos introduce en la vida del barón de Rondo que decide pasar su vida de niño noble no en la tierra como cualquier mortal sino sobre los árboles. Inicialmente esta decisión del personaje principal, en este momento un niño de doce años, producirá un giro abrupto y revolucionario en el relato ya que el hecho de vivir en los árboles no es sólo un capricho sino una decisión política, que posibilita la creación de un nuevo orden legal que será: “La Constitución para una Nación arbórea”. Es en este punto en donde me quiero detener, ya que el autor introduce una problemática ficcional, al construir un modo de vida diferente del cotidiano, es decir la vida y la observación desde los árboles plantea otra visión de mayor perspectiva y profundidad que se constituye en otro objeto filosófico opuesto al rutinario representado por lo terrestre, la altura en las copas de los árboles describirá una nueva mirada que se presenta como un nuevo mundo a descubrir por el héroe, el Barón de Rondo. La novela por medio de la oposición al mundo ordinario permite establecer relaciones entre la Naturaleza y el Hombre y la posibilidad de desarrollar un nuevo modus vivendis que nos conducen a las ideologías del Romanticismo del siglo XIX.
Por último, el Período Combinatorio revela el interés del autor por experimentar con el lenguaje y sus posibilidades comunicativas, ejercicios que realizó junto con otros escritores amigos como Raymond Queneau y Alfred Jarry (Los Patafísicos).
En esta etapa sobresalen: Las ciudades invisibles, en donde los diálogos del viajero Marco Polo con el Gran Khan dan cuentas de sus experiencias de viajero por diferentes latitudes.
En este relato las ciudades se diferenciaran entre sí por sus características: las ciudades y la memoria, las ciudades y el deseo, las ciudades y los signos, las ciudades tenues, las ciudades y los cambios, las ciudades y los ojos, mas otros más, títulos que permiten armar un itinerario por las diferentes regiones fantásticas, ciudades que realzan sus bellezas ante la mirada del viajero, por ejemplo, la ciudad de Diomira luce sesenta cúpulas de plata, estatuas de bronce de todos los dioses, calles pavimentadas de estaño [...] pero todas estas bellezas las conoce el viajero por haberlas visto también en otras ciudades; de esta manera el autor por medio de una figura retórica nos relaciona la ciudad con la memoria; en Anastasia, la carne del faisán se asa sobre la llama de leña de cerezo, las mujeres convidan a los paseantes a bañarse con ellas en el estanque, esos y otros deseos pueden encontrarse en ella. Otra ciudad Zenobia en la cual nadie sabe a ciencia cierta por qué se han utilizado pilares para las casas y bambú y cinc como materiales constructivos, y la su forma y diseño es una incógnita, es la ciudad tenue.
Las ciudades invitan al lector como un viajero a descubrirlas, a sorprenderse y extasiarse por sus maravillas a través del relato mágico de Marco Polo para distraer al Khan. Siempre en la base de estas ciudades estará su adorada Venecia y sobre la cuadrícula de esta construirá esas historias urbanas, esta es la clave de lectura de cómo un ciudadano cosmopolita ve en cada uno de los fragmentos de su ciudad nativa a otra ciudad que se superpone a los restos de las otras urbes mundanas.
Sin embargo, la obra más metanarrativa de Calvino es seguramente: Si una noche de invierno un viajero. En esta novela, más que en ninguna otra, Calvino desnuda los mecanismos de la narración, desencadenando una reflexión sobre la práctica de la escritura y sobre las relaciones entre el escritor y el lector. El libro lo forman diez capítulos insertos en un marco: en verdad los capítulos son diez incipit de otras tantas novelas. En el marco, sin embargo, se narra la historia entre el Lector y la Ludmilla, la Lectora, una aventura tradicional a la que no le falta el final feliz. La narración empieza con el Lector que va a comprar un ejemplar de la novela de Calvino, Se una notte d'inverno... pero que después de unas cuantas páginas descubre que el libro está defectuoso, está compuesto por cuentos todos iguales. Vuelve entonces a la librería y allí encuentra a Ludmilla (a quien le ha ocurrido lo mismo). Así empieza una historia compuesta sólo con principios de novelas. Cada vez que Ludmilla y el Lector se sumergen en una novela por la que se apasionan, la narración se interrumpe por los más diversos motivos. Al final el Lector no conseguirá completar la lectura de las novelas, pero se casará con la Lectora a quien, en la cama, antes de apagar la luz, dirá que está acabando de leer Se una notte d'inverno un viaggiatore de Italo Calvino. Los diez principios de que se compone el libro corresponden cada uno a un tipo diferente de narración. Con este ejercicio de estilo a la manera de Queneau, Calvino ejemplifica cuales son los modelos y los estilos de la novela moderna (desde el de neo-vanguardia hasta en neo-realista, desde el existencial al fantástico y surreal). En la base de la narración está encajado el esquema de las Mil y una Noches, dentro del que Calvino coloca las sugerencias y las solicitudes provenientes de la novela contemporánea.
En la narrativa de Calvino encontraremos risas e ironías que como en un carnaval reinvierten las categorías para simplificarnos teorías complejas y desde la lucidez de su pensamiento y la soltura de su pluma descubrirnos mundos nuevos no percibidos por nuestros sentidos. En sí estamos ante un mayúsculo escritor del siglo XX que será siempre ejemplo para las generaciones posteriores.

Entre sus obras podemos citar las siguientes:
Cuentos
• Bajo el sol jaguar (Sotto il sole giaguaro, 1988, póstuma)
• Las ciudades invisibles (Le città invisibili, 1972)
• Los amores difíciles (Gli amori difficili, 1970)
• Tiempo cero (Ti' con zero, 1967)
• Cosmicómicas (Le Cosmicomiche, 1965)
• Marcovaldo (Marcovaldo, ovvero le stagioni in città, 1963)
• Racconti (1958, antología)
• Cuentos populares italianos (Fiabe italiane, editor, 1956)
• Por último, el cuervo (Ultimo viene il corvo, 1949)
Novela
• Palomar (1983)
• Si una noche de invierno un viajero (Se una notte d'inverno un viaggiatore, 1979)
• El castillo de los destinos cruzados (Il castelo dei destini incrociati, 1969). Completado en 1973 con La taberna de los destinos cruzados (La taverna dei destini incrociati).
• La jornada de un interventor electoral (La giornata d'uno scrutatore, 1963)
• La nube de smog (La nuvola de smog, 1958)
• La especulación inmobiliaria (La speculazione edilizia, 1957)
• Nuestros antepasados (I nostri antenati, 1960)
o El caballero inexistente (Il cavalieri inesistente, 1959)
o El barón rampante (Il barone rampante, 1957) Premio Viareggio
o El vizconde demediado (I visconte dimezzato, 1952)
• Los jóvenes del Po (I giovani del Po, escrito en 1951 y publicado en 1957-1958 en la revista Officina)
• El sendero de los nidos de araña (Il sentiero dei nidi di ragno, 1946). Premio Riccione.
Ensayo
• Ermitaño en París. Páginas autobiográficas (Eremita a Parigi. Pagine autobiografiche, 1990). Recopilación póstuma.
• Por qué leer los clásicos
• Seis propuestas para un nuevo milenio (1985)
• Literatura fantástica (1985)
• De fábula (Sulla fiaba, 1980)
• Punto y aparte: ensayos sobre literatura y sociedad (Una pietra sopra. Discorsi di letteratyra e società, 1980)
Otros
• Montezuma y L`huomo di Neanderthal (1974) Diálogos para el programa radiofónico Le interviste impossibili
• La vera storia (1982) Ópera en dos actos, en colaboración con Luciano Berio.
• Allez-hop (1959) Cuento mímico, con música de Luciano Berio, representado en el Teatro La Fenice de Venecia.
• El banco (la panchina, 1956). Con música de Sergio Liberovici, para quien escribió también la letra de cuatro canciones en 1958.

David Viñas y la escritura de su Prontuario


El “diccionario” y las “fichas” como matrices formales e ideológicas de la ciudad escrita en Prontuario, de David Viñas.

Prontuario se presenta como la posibilidad de recuperar un pasado fragmentario y perdido; el personaje principal recibe el encargo de elaborar un diccionario atípico de Buenos Aires. Tarea que lo lleva a acumular datos, imágenes fotos. Así los acontecimientos se organizan temporalmente bajo la intención de reconstruir un pasado olvidado, extraviado, tarea está que ofrece la posibilidad de recuperación de la memoria. Está  reconstrucción de los sucesos dan cuenta de una destrucción que se operó como el origen de esta tarea de reunir, hurgar y ordenar.
Se parte de una incapacidad de reconocer el pasado originado el mecanismo opresivo de un sistema gubernamental dictatorial. La búsqueda se organiza en dos planos paralelos, dos prontuarios. Uno es el de la ciudad, que aparece ordenado bajo la serie titulada “Oficio” y “Al margen”, diario personal en donde Cayro anota la marcha del trabajo y otras cuestiones relacionadas a su vida cotidiana. Ambas series están en bastardillas que son palabras citadas y mientras en Tábano y Reñidero componen otro prontuario, el del protagonista presentado como un largo diálogo con su amigo Pfister. De estas series se destacan dos: “Potreros” y “Tres chimeneas”, series que se relacionan con el  mundo gauchesco, simbolizado por el abuelo Antonio J. Cairo, hombre de caballo y también el de los gauchos judios representado en el tío Yébel, sastre y lector de literatura anarquista, ex saltimbanqui, cantante de varieté y actor.
La estética literaria de la obra esta sustentada en una técnica de superposición imágenes, hechos que producen un quiebre narrativo, una evidente digresión, la mezcla de texturas opuestas y discursos que no se pueden soldar entre sí. Esta recreación del conflicto convertido en recurso literario que motiva la complicidad del lector quien debe reunir, unir los fragmentos o series, “fragmentario todo, obligando a una lectura a los tropiezos, no cabe otra posibilidad que dejarse llevar por la música bronca de la voz de Viñas y su trabajo con el montaje, el corte, las subidas y bajadas de tonos y de velocidad, la interrupción, esos monosílabos que dicen mucho más que una frase.”[1]
Ramón J. Cayro compila  con la pasión totalizadora del enciclopedista, las distintas fichas que por continuidad y yuxtaposición entre sí permite el armado de la diversidad contradictoria de Buenos Aires. Esta tarea propone retrotraerse a los años sesenta tardíos, las series operan como la técnica que posibilita la búsqueda y armado de la “Memoria” de la ciudad de Buenos Aires. La puesta en marcha de esta técnica requiere para su puesta en marcha de una erudición por parte de su operador, conocimiento de los estudios literarios. Este operador erudito que es Cayro oficia como el centro de la imputación, por su oficio de pronturiante, de todas las historias. Viñas expone a la Historia no como una simple abstracción sino como objeto propio y específico es el cuerpo, como también lo es la política[2] En esta extenuante tarea de enciclopedista la historia hilvana sus fragmentos reconstruyendo una ciudad perdida por los efectos de la modernidad: “ De las crónicas de Ulrico Schmidl, cap. IX,” la ciudad fortificada, hambre, terraplén y el Riachuelo; lo que se levantaba hoy, se derrumbaba mañana”. “Barro y Sísifo. Ciudad de barro. Ni oro ni piedra. En Buenos Aires no quedan construcciones del siglo XVI; si desde ya , en Lima y en México. ¿La memoria (y el proyecto) argentinos son parecidos a la primera fundación? ¿ En esa ciudad inaugural se prefiguran nuestros olvidos? Barro y memoria.”
En la construcción del Proyecto del “Diccionario del hombre salvaje porteño”  se introducen personajes de la historia argentina y de la literatura: Amalia, Sarmiento, Mansilla que representan una síntesis literaria del pasaje de aldea a ciudad, es decir de la conformación de un estado moderno basado en el proceso de modernidad en la que fue sometida Buenos Aires.
Con esta intención la conformación de las fichas bajo el rotulo de “Oficio” para el diccionario del hombre salvaje porteño permiten traer imágenes fragmentarias del olvido: “lugares de Buenos Aires donde operaba el verdugo o donde se fusilaba.  En la base de la Pirámide se podrían poner placas o pintar los nombres con alquitrán como si fueran grafitis: en este lugar, en 1602, fueron quemadas dos brujas. A lo largo del siglo XVII, según Lafuente Machain cfr.: la mayoría de los llamados ajusticiamientos también se hicieron en la Plaza mayor.”
Y otras fichas que se superponen e hilvanan develando un procedimiento literario como:
 “ Ficha en suspenso, la ciudad antes del Centenario; Buenos Aires capital del modernismo. Serie paralela y contrapuesta al de las cárceles de México a la Patagonia: San Juan de Ulúa, Cayena, Fernando de Noronha...Cárceles anarquismo/rubendarismo y cosmopolitismo. Otra: Buenos Aires en 1900 centro editor privilegiado de revistas con pretensión europea
Ficha azul (1789-1825). Monteagudo Bernardo. Serie: estatuas y jacobinos porteños. ...Avanzó por la vereda de Parque Patricios.[...]
Serie de los teatros argentinos, De la Ranchería al Argentino. ¿ Un grotesco criollo de Santa Juana en la hoguera?
Tatuajes de Buenos Aires, anoté. Dos series posibles: a) desde las primeras  que aparecen en grabados de 1880 y en reproducciones de Los hombres de presa de Drago, hasta llegar, longitudinalmente digamos, hasta 1930. Las posteriores no se exhiben; b) el corte transversal que se puede hacer sobre un solo momento: 1910, por ejemplo; en particular con los de la cárcel de Las Heras.
“De Buenos Aires” –anoté– “se podría hacer un mapa de los barrios y de sus habitantes de acuerdo a los tatuajes del museo. Así por ejemplo: “Pompeya y los añillos, en Mataderos predominan las banderas y los compases; en San Telmo, los volcanes, bailarinas y mayúsculas”
Walsh, Rodolfo (1927-1976): la típica novela victoriana desemboca en el relato policial. Quiero decir Rastignac se prolonga en Sherlok Holmes. Y en Buenos Aires, ... Cómo se mira en Buenos Aires. Cómo hay que mirar a la ciudad.
Serie de los imitadores de Buenos Aires.
Sobre la muerte de un suicida en Puerto Pau. “Eso me dio ánimos y me corrí a París: lo primero que hice en esa localidad fue eludir la colección compatriota: todos acarician un gato medio bizco o toman mate que adquieren en la farmacia más próxima.
Ficha Blanca ¿ Cómo leer La Bolsa?...Y arranca la serie en dirección a la Bolsa: la ciudad como salto cualitativo respecto del tema rural. [...] La bolsa como antecedente mediato de la Ley de Resistencia.
Organización de los lugares principales de la ciudad como en un mapa turístico que nombra los puntos más atractivos de la urbe: “Había cuatro esquinas en la ciudad que nos resultaban sus puntos cardinales: frente al London y La cosechera; era la esquina de vidrio; dos cruces de Florida: Corrientes, uno; y el otro, casi Viamonte. “Trinchera” y “Pucará”, los llamaba Stickson de acuerdo a su propio mapa.”
La reconstrucción de paisajes perdidos por la fuerza de la modernidad, cambios urbanísticos que producen nuevos panoramas arquitectónicos representado por una serie: “La cuidad y los puentes. Serie compuesta por el desaparecido Mercado del Plata: pero yo llegue a conocerlo –Sitckson–  con sus cajones de fruta sobre Carabelas. El Spinetto tenía olor a ratón, y a ferretería el del Montevideo y Sarmiento”. Stikson juraba que él podía orientarse en la ciudad por el olor de los mercados: en el Abasto se trepaba a las escaleras mecánicas y se dejaba llevar hacia el olor; más allá de Plaza Las Heras y pasando el Penal, recuperaba la pólvora... Una colección de mercados es Buenos Aires: en Pompeya, los benteveos que ya son mercancías; en la entrada de Basalvilbaso: también las flores se pagan.”
Los puentes de la ciudad. Una parece una cripta, debajo de Murguiondo y Remolcador; otro tiene las paredes como de corcho, debajo del Tiro Federal....terminó la ficha sobre el nuevo barrio de los armenios.
La ciudad y la poesía: “Buenos Aires la paloma: Montevideo el pichón.Ficha azul”
La ciudad y las perspectivas escasas que ofrece su geografía llana, imposibilidad de registrar una mirada diferente que solo podría salvarse con una mirada desde la altura que produzca así una nueva panorámica: “Otra serie” A esta altura, exactamente, para dar una visión más completa de la ciudad, habría que resolverla como Alberdi mirando a Tucumán desde una montaña.
La ciudad vista desde las alturas ¿ A que se parece esa ciudad que está allá abajo? En el siglo XVI a unos cuantos ranchos de ésos que hace algún croto en los alrededores del albergue. [...] En el siglo XVII. Bien. “Trepamos” La ciudad empieza a ser un damero con el copirait de Amsterdam en el ángulo de abajo; el fuerte es igual a una torre de ajedrez abatida;...
¿ Me trepo al Kavanagh? Hay que lograr un punto que condense todo eso que, ahí abajo, está salpicado.
CIUDAD, INVASIONES Y PESTES” ( ficha violeta)
El trabajo de selección de datos para el diccionario introduce las obras de Arturo Cancela, se alude al segundo y más famoso de sus Tres relatos porteños (1922): “Una semana de holgorio” y luego a Leopoldo Lugones con tres de sus textos, Las industrias de Atenas (1919), El payador (1916) y el Roca (1938). “La elección de un título (Las industrias de Atenas) que guarda una doble alusión al mundo griego y a la ciudad que más interesa, que es la Atenas del Plata, con su consiguiente catálogo de obras sobre la ciudad –va a reforzar una proximidad un deslizamiento[3]
Básicamente, Buenos Aires esta representada bajo dos ejes temporales: una la capital, el centro (en el presente que es la última dictadura militar) y la periferia acampesinada (en el pasado). Cierta similitud con el recorrido borgeano de los arrabales preferido en 1923 al centro de 1969, aunque con una visión muy distinta de la ciudad.
Todas las dicotomías, judío/católico, pasado/presente, ciudad/campo, también otras como historia/ficción, hombre/mujer entran en los márgenes de los papeles que van borroneando el protagonista, porque la estructura de la novela es la de un texto a varias voces, un texto que alterna e intercala –nunca superpone.”[4]



[1] Freidemberg, Daniel. Juntar los restos . Sobre Prontuario de David Viñas.
[2] Grieco y Bavio, Alfredo, Viñas vuelve y vence, Página 12, 4 de Julio de 1993.
[3] Mizraje, María Gabriela, El ojo Mocho, Nº 5, otoño de 1994.
[4] Mizraje, María Gabriela, op. cit.